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viernes, 3 de septiembre de 2010

Aislamiento de paredes

Está demostrado que un buen aislamiento de las paredes evita pérdidas innecesarias de calor en una vivienda.

Una vivienda bien aislada puede suponer entre otras cosas, un ahorro energético considerable, entorno al 30 % del gasto de la calefacción necesario para calefactar una vivienda.

Al utilizar menos la calefacción ayudamos al medio ambiente ya que la caldera tiene que trabajar menos y por tanto emite menos agentes contaminantes al medio ambiente.

Un buen aislante contribuye a reducir el impacto acústico del exterior porque amortigua los ruidos considerablemente y por tanto beneficia nuestra salud, es decir no estamos expuestos a la contaminación acústica.

El gasto que supone aislar una pared, introduciendo una aislante en la cámara de aire (foto), se amortiza con creces y es una inversión muy rentable.

Tenemos muchos tipos de aislantes, desde el poliuretano proyectado empleado sobre todo en obra nueva por su facilidad para aplicarlo, el corcho blanco que conocemos de toda la vida, la lana de vidrio de color amarillo o el aislante compacto (foto) de una alta densidad y capacidad de aislamiento.

Aunque resulte difícil de creer un aislante de un grosor de uno o dos centímetros, puede ser el equivalente a una pared de piedra de 50 cmts.

El elemento aislante se trabaja con facilidad, pesa poco y es muy manejable por lo que no supone un sobreesfuerzo de trabajo.

Para conseguir un aislamiento perfecto de la pared es aconsejable y si no recomendable, que las paredes entre las cuales se va a colocar el aislante, estén lisas, raseadas o lucidas para evitar poros o vacíos por donde se escape el calor o penetre el ruido de la calle.

En reforma, como es este el caso, el aislante se ha colocado entre los dos tabiques nuevos que se han levantado para la separación de la vivienda con la calle.

En resumidas cuentas, el asilante, es una buena elección.