Las puntas de las mechas de taladro son fáciles de afilar, pero requieren más atención en el proceso. Cuando trabajamos con las maderas duras, estos accesorios pierden sus puntas con relativa rapidez y habrá que afilarlas con bastante frecuencia. Si esto es así, es recomendable adquirir un accesorio que incorpora dos ruedas abrasivas y que giran con el motor del taladro. Estas, automáticamente enfocan la mecha en el ángulo correcto y restituyen los bordes gastados, devolviéndole el filo perdido. Esta maquina sólo nos servirá para mechas de pared o metal. Las mechas para taladro de pecho y las de tres puntas, serán afiladas a mano.
Éstas serán afiladas con una lima plana y delgada. Hay que pasarle varias veces por la parte interna de la punta y por los bordes cortantes. Se deben respetar los ángulos originales. Nunca afile las partes exteriores de la punta porque se arruinaría el afilado de las herramientas. Existen también unos pies que soportan la mecha mientras que la acercamos a una piedra esmeriladora. Su uso es muy sencillo, aunque al principio nos costará perder alguna mecha en los ensayos. Presione ligeramente, hasta conseguir el desgaste deseado, luego gire la mecha y repita el proceso, para que las dos caras tengan el mismo corte. Con este soporte podemos también corregir el ángulo de desgaste.
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