Desde hace ya algún tiempo, la iluminación a base de LEDs se va extendiendo en una gama muy variada de productos, como lámparas, video-porteros, pantallas gigantes, portátiles, etc.
La ventajas fundamentales de este sistema es su menor consumo y mayor vida útil, con el consiguiente ahorro energético y económico que esto supone para edificios con un uso intensivo en iluminación como comercios, exteriores, ascensores y una larga lista de aplicaciones. En realidad este sistema lleva mucho tiempo empleándose en productos de electrónica, pero con aplicaciones que requerían una menor luminosidad. El primer diodo LED fue desarrollado por el ingeniero Nick Holonyack en 1962 para General Electric.
Su tamaño es muy reducido, por lo que puden emplearse para iluminación decorativa en paredes, piscinas, techos, de forma expuesta o escondidas (luz indirecta). En caso de que las utilicemos como iluminación principal, hace ya algún tiempo que han conseguido una iluminación más blanca, lo que les diferenciaba de las bombillas tradicionales y de ahorro.
En la imagen podeíes ver algunas de las aplicaciones decorativas de esta tecnología.
