La limpieza del vaso debe realizarse mediante un chorro de agua fría a alta presión, combinado si se quiere con un detergente ácido no jabonoso. Se debe efectuar en horas de poco sol, y manteniendo húmedas las paredes. Se recomienda aplicar en el revestimiento una solución impermeabilizante cada, aproximadamente, tres o cuatro años.
Se recuerda que jamás se usarán jabones, ya que producen efectos reactivos con el cloro y otros productos químicos y, siempre, sale espuma, aunque se aclare muy bien. Posteriormente se puede aplicar un antialgas concentrado, ya sea pulverizado o aplicado con brocha sobre todas las superficies.
Tras las reparaciones, se debe efectuar una limpieza a fondo (en horario de poco sol y manteniendo húmedas las paredes), ya que tras muchos meses sin utilizarla, la suciedad se habrá acumulado en las paredes. Mediante cepillos diferentes según el material del vaso se aplicarán ácidos, que dependerán del tipo de piscina.
Antes de llenarla es importante revisar el estado de la depuradora, que sirve para limpiar el agua, la bomba y los filtros, que la purifican y permiten su circulación, y el skimmer, cuya entrada, en forma de pequeñas ventanas encontramos en las paredes de la piscina, que aspira las impurezas de la superficie y las deposita en un cestillo.
Se cubrirá hasta tres cuartas partes del skimmer con agua, manteniendo la válvula selectora en posición de lavado, con las llaves del skimmer, fondo y limpiafondos abiertas. Con el motor en marcha durante cuatro minutos, se realizará un lavado de arenas en el filtro y en los circuitos de aspiración. Después se pone el modo enjuague, manteniendo la bomba encendida durante un minuto. Cuando pase, se coloca la maneta en posición de filtración y ya está preparado el filtro.
Se recuerda que la maneta de la válvula selectora sólo se podrá accionar con el motor parado, y que la arena del filtro se cambia cada tres años.