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miércoles, 25 de julio de 2012

torres de Cristal


La Torre de Cristal, con 52 plantas y 6 sótanos, se eleva 250 m sobre el suelo de Madrid. Para posibilitar unos desplazamientos ágiles en toda su altura instalamos 27 ascensores que dan servicio a cuatro zonas diferentes.
Las dificultades en el diseño y la fabricación no fueron pocas, pero gracias al esfuerzo y la íntima colaboración de nuestras ingenierías de Alemania y España durante más de dos años de trabajo, se han llegado a soluciones más que satisfactorias:
  • Cuando se pretende desplazar verticalmente a los usuarios de más de 40.000 metros cuadros de oficinas, el número, la distribución y la velocidad de los ascensores son factores críticos. En la Torre de Cristal hemos concebido los ascensores que serán los de mayor velocidad funcionando en España en este momento. Se trata de la Lanzadera, una batería triplex que transportará pasajeros sin paradas intermedias durante casi 150 m a una velocidad de 8 m/s.
  • Otro factor importante que había que resolver es cómo realizar un rescate de los pasajeros ante una posible avería cuando un ascensor circula por una zona sin posibilidad de salida a planta. Nuestras ingenierías crearon un sistema que hace posible que sean los ascensores adyacentes al “averiado” los que acuden al rescate. A través de puertas de emergencia en los laterales de cabina, perfectamente integradas en la decoración, y por medio de unas pasarelas extensibles dotadas de numerosas medidas de seguridad, los pasajeros pueden ser trasladados de un ascensor a otro que les llevará hasta una planta por la que podrán salir normalmente.
  • Un punto delicado en el diseño fue el efecto “pistón”. Cuando una cabina de desplaza por un hueco cerrado a altas velocidades se produce un efecto similar a lo que ocurre con una jeringuilla. Por un lado el aire que se encuentra en su recorrido es desplazado y comprimido y por el lado contrario se crea una depresión que aspira el aire que deja atrás. Para resolver este problema en los ascensores de emergencia y de bomberos, y en colaboración con la Ingeniería de la obra, se diseñaron unas grandes rejillas tanto en la parte superior como inferior del hueco que permiten la entrada y salida de aire del interior del hueco al exterior según el sentido de desplazamiento de la cabina. Para lograr la estanqueidad necesaria de resistencia al fuego en caso de un incendio, a estas rejillas se les ha dotado de unas compuertas cortafuego que se cierran de forma automática independizando el hueco de los ascensores de cualquier otra zona del edificio en la que se pudiera producir un incendio. Adicionalmente, ante esta situación, a lo largo de todo el hueco se inyecta a presión aire limpio del exterior para asegurarse que el humo no pueda entrar en el interior del hueco.
En diciembre del 2006 llegó el momento de instalar en obra todo lo diseñado y fabricado meses atrás. La complejidad del proyecto se hizo patente desde el primer día: Había que comenzar el montaje cuando la torre apenas había alcanzado dos tercios de su altura, a lo que había que sumar las dificultades que existen para disponer de espacio de acopio de materiales en una obra que, con tan poca superficie horizontal, tiene tanta altura.
La solución se concretó en crear lo que algunos llegaron a llamar la “planta Thyssen”. En la planta 33 de la Torre coinciden los cuartos de máquinas de las Baterías Media y Lanzadera, y dos plantas más abajo tiene su origen la Batería Alta. Por este motivo, esta planta se eligió como lugar de acopio para todos los materiales de los cinco ascensores superiores y los materiales de los cuartos de máquinas de las baterías media y lanzadera, lo que constituye otros nueve ascensores. El problema ahora era como llevar los materiales hasta esa planta. Cada una de las máquinas pesa casi 7.000 Kg y la única forma de llevarlas era con la grúa de obra la cual no podía descargar en la planta 33 porque ya estaba cubierta por las superiores. Para resolverlo se diseñó y construyó una plataforma en voladizo que sobresalía del borde del edificio 2 metros y era capaz de soportar los pesos de los equipos. El diseño y la instalación de esta plataforma fue complejo, pero una vez instalada ya se pudo desde ella distribuir a toda la superficie de la planta 33 todos los materiales.
Así mismo, la “planta Thyssen” fue la elegida para la instalación del “tapón”. Dado que el hueco de los ascensores que recorren toda la torre no estaba finalizado, se decidió considerarlo finalizado en esa planta. Se instaló un cuarto de máquinas provisional que nos permitió realizar el montaje hasta esa punto, para posteriormente, una vez terminada la torre en toda su altura, eliminar este cuarto de máquinas provisional y poder prolongar la instalación en el tercio superior de la Torre.